El viernes 6 de junio de 1958, hace precisamente hoy 62 años, se
produjo un hecho histórico para los Tigres de Detroit, cuando el
dominicano Osvaldo -El Orégano- Virgil, nativo de Montecristi, se
convirtió en el primer negro en jugar para dicha franquicia, bajo las
riendas de Jack Tighe.
El escenario fue el Griffith Stadium, de
Washington, hogar de los Senadores, y Virgil ocupó el séptimo puesto en
la alineación y la tercera base. Por los Senadores, subió a la colina de
los sustos Hal Griggs, fue el primer turno del dominicano en el tercer
episodio, falló con elevado al prado derecho. Virgil se fue de 5-1, un
doble, con una anotada.
De todas las leyendas en la historia del
béisbol, muy pocos pueden decir que cambiaron el paisaje del juego. Pero
después de que Osvaldo Virgil debutó para los New York Giants el 23 de
septiembre de 1956, el béisbol se trasladó a una era diferente.
Virgil
nació en Montecristi y se convirtió en el primer dominicano nativo en
jugar en un partido de Grandes Ligas, primero de una ola de estrellas
que han desfilado por el Gran Circo, entre ellas el Salón de la Fama;
Juan Marichal y Pedro Martínez. De hecho, el béisbol es ahora una
industria tan grande en el dominicano que el impacto de Virgil en la
economía de su patria es probablemente incalculable.