Tras jugar su primera temporada en Connors State College (una
universidad de dos años en Oklahoma) Julio Lugo se declaró elegible para
el sorteo de 1994 y los Astros de Houston lo tomaron en la ronda 43, en
el lugar 1,193, casi después de escoger a 40 peloteros en ese draft.
La
oferta inicial no gustó al infielder barahonero que había llegado a
Nueva York en 1989, regresó al béisbol colegial y en mayo de 1995,
cuando sus bonos habían subido, acordó con los Astros por un bono de
US$80,000 y US$20,000 más para sus estudios.
Como referencia, ese
1994 D’Angelo Jiménez recibió un bono de firmas que fue un escándalo
cuando los Yanquis le dieron US$25,000, cinco veces lo que recibía el
prospecto más cotizado hasta entonces.
CREDITOS A DIARIO LIBRE