El canto de los pájaros, la bola que entra en el hoyo y los flashes de los fotógrafos. Esos eran los únicos ruidos que se podían escuchar este jueves en Yangju, en Corea del Sur, donde las golfistas profesionales reanudaron la competición.
Sin espectadores, el silencio se impone como
una de las principales características de esta era del deporte tras el
COVID-19. Igual que las medidas de distanciamiento y el uso de las
mascarillas para evitar la propagación del coronavirus.