Ichiro Suzuki todavía no se había integrado a los Marineros. De
hecho, tras haber cumplido los 20 años, el jardinero se estaba
convirtiendo en una estrella en el béisbol de Japón, fijando un récord
de imparables en una temporada y llevándose el premio al Jugador Más
Valioso en 1994. Simplemente era la sensación del momento.
Sin
embargo, hasta las mismas estrellas se deslumbran. En 1994, Ichiro viajó
a los Estados Unidos para evaluar el ambiente de cara a su eventual
paso a las Grandes Ligas. Cuando el mejor pelotero japonés estuvo cara a
cara con Michael Jordan, el jardinero casi se derrite.
A estas
alturas, Ichiro estaba a seis años de debutar con los Marineros y
llevarse el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Americana como
novato. Incluso, al escuchar a la intérprete explicarle a Jordan que el
joven jugador no era un lanzador y que de hecho había pegado 210
imparables en la campaña anterior, éste es un impresionante encuentro
con la perspectiva histórica.