No ha llovido tanto desde que mencionar la liga taiwanesa era
asociarla a peligro; apuestas agresivas de ludópatas que sobornaban a
jugadores y dirigentes, arreglos masivos de partidos, bateadores que
confesaron haber recibido balas en sobres advirtiéndoles de que tenían
que poncharse, un lugar donde las mafias asiáticas capeaban a sus
anchas, en fin, una de las últimas opciones para un pelotero y vetada
por la MLB.
El libro Playing in Isolation: A History of Baseball in Taiwan,
publicado en 2007 por Junwei Yu, menciona que el licenciamiento del
dominicano Israel Alcántara en 2005 por los Uni-President 7-Eleven Lions
cuando este lideraba la liga en jonrones y carreras remolcadas levantó
una enorme sospecha, sobre todo cuando el club, tras negarse en
principio a dar explicaciones, informó que el jardinero era
“inmanejable”.
El caso de Emiliano Girón, otro lanzador criollo,
también es citado por su sospechoso descontrol. En un juego otorgó cinco
boletos en solo una entrada y dos tercios y en otro solo dos bases. Una
nota del Taipei Times de 2006 dice que fue investigado, pero no
incluido en un expediente de arreglos de juegos.