Paro parcial, recurso a las reservas, préstamos bancarios o solicitud
de ayuda al Comité Olímpico Internacional (COI): las federaciones
deportivas internacionales, habitualmente prósperas, acusan mucho la
cancelación o aplazamiento de sus pruebas por la pandemia del nuevo
coronavirus, que ha secado su habitual fuente de ingresos.
Casi
2.200 empleos y más de 1.000 millones de francos suizos (1.050 millones
de euros) inyectados cada año en la economía, ese es el inmenso peso de
los organismos del deporte en Suiza, con el Comité Olímpico
Internacional (sede en Lausana) y más de una cuarentena de federaciones
internacionales. Eso sin contar con la FIFA y sus 600 empleados en su
sede de Zúrich, también en el país helvético.
La desaparición o
el aplazamiento de grandes eventos mundiales y de sus ingresos, ligados
especialmente al patrocinio y los derechos de televisión, solo puede
conllevar graves consecuencias negativas para las federaciones que los
organizan.